Los aceites son un ingrediente básico en los productos cosméticos. En ellos residen las verdaderas propiedades nutritivas y suavizantes. Actúan como un auténtico bálsamo para calmar las pieles sensibles y reducir la sensación de tirantez o sequedad en la piel. Se pueden mezclar con diferentes aceites esenciales (siempre diluyendo) para conseguir aplicaciones muy interesantes, como aceites relajantes, calmantes o rejuvenecedores.
Para evitar la sensación grasienta que causan sobre la piel, lo mejor es aplicarlos bajo la ducha. Se puede aplicar una pequeña cantidad con masajes ascendentes comenzando por los tobillos y hasta la cintura ya sea sobre la piel seca o húmeda. Después se dejan actuar unos minutos y se puede terminar con una ducha refrescante, más para tonificar que para aclarar la piel.
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