¿Cosmética radiactiva? ¿En serio? La radiactividad es un fenómeno físico descubierto por el matrimonio Curie en 1898. Algunos materiales emiten radiaciones que tiene la propiedad de ionizar gases, impresionar placas fotográficas, fluorescencia,.. Esta propiedad la tienen los isotopos o átomos inestables, que tiene la capacidad de perder energía, logrando así una emisión radiactiva para llegar a su estado fundamental. Fue principalmente Marie Curie quien dedicó grandes esfuerzos a conocer el nuevo elemento Radio sin saber los graves efectos que la radiactividad podía provocar.
Pero lo que os quiero mostrar hoy es cómo muchas marcas de cosmética aprovecharon aquel reciente descubrimiento para lanzar al mercado cremas milagrosas que incorporaban elementos radiactivos entre sus componentes. Hoy sabemos que éstos elementos pueden producir cáncer e incluso la muerte en pequeñas concentraciones. Pero entre 1920 y 1930 se elaboraban cremas y otros preparados (agua radiada, dentífricos, ungüentos para el dolor..) con Radio y se decía que proporcionaban vitalidad y energía totalmente saludables, avalado por supuesto, por las «más prestigiosas investigaciones científicas». ¿Os suenan estos mensajes?
Algunas de las marcas más conocidas eran:
Radior
Fabricaba todo tipo de cosméticos (cremas nutritivas, preparados para el baño, lociones..) y aprovechaba la «energía del Radio» para dar una belleza excepcional a la piel.
Tho-Radia
Esta marca decía ser la creación de un tal Alfred Curie que nada tenía que ver con los descubridores de la radiactividad, de hecho fue inventado por la propia farmacéutica para vender más. Anunciaba «mujeres luminosas y labios refulgentes a base de cremas, lápices, coloretes, dentífricos y jabones bien nutridos de radio para que la hermosura brille en la oscuridad». Por si fuera poco, le dotaban de poderes «curativos».
Radithor
Este producto se comercializó entre 1918 y 1928 y consistía en una pequeña cantidad de agua destilada con una porción de radio. Se anunciaba como una «fuente de luz permantente«. El millonario Eben M. Meyers se convirtió en un adicto al producto llegando a tomar 3 botellas diarias durante 2 años. A consecuencia enfermó con graves daños en la mandíbula y acabó muriendo por la radiación ingerida. Esto junto con los evidentes casos de muertes en usuarios de éstos productos así como en empleados que los fabricaban hizo que se eliminaran definitivamente de los productos cosméticos.
Doramad
Este producto era una pasta dentífrica a base de Torio, la cual te aseguraba una sonrisa radiante, además en el dorso del tubo decía “la radiactividad incrementa las defensas de los dientes y encías”
X-Ray Soap
Jabón producido hacia 1910. Se vendía como jabón para manos, ropa, platos, suelos,.. osea, para todo. En su composición indica que se elabora a partir de aceites de linaza y vegetales, no contiene grasas animales y está libre de productos químicos. Aunque no habla de si contiene algún producto radiactivo, en el nombre del compuesto se aprovecha el tirón del momento.
Agua radiactiva
Durante los años 20 y 30 se comercializaron unos jarrones especiales para radiar el agua. El mas conocido fue el Revigator, que recomendaba tener el agua una noche entera siendo irradiada para consumir al día siguiente y poder gozar de los saludables beneficios de la radioactividad. Una solución saludable para toda la familia.
Seguro que os habéis quedado con la boca abierta, pero os aseguro que hay más ejemplos de éste tipo. Si queréis conocer más sobre el tema os recomiendo que visitéis estos enlaces: