La arcilla verde es una de las más utilizadas en la elaboración de mascarillas. Tiene un tacto resbaladizo y es capaz de absorber grandes cantidades de agua. Esta mascarilla ayuda a arrastrar el exceso de grasa, la suciedad y las toxinas de la piel. Es especialmente indicada para pieles grasas. La receta que reproduzco a continuación pertenece al libro «Cara, cuerpo y cabello» de Gill Farrer-Halls.
¿Qué necesitamos?
- 1 cucharadita de aceite de semilla de albaricoque
- 2 gotas de aceite esencial de palmarosa
- 1 cucharadita de arcilla verde
- agua templada (la que vayamos necesitando)
¿Cómo proceder?
- En un recipiente se mezcla el aceite de hueso de albaricoque y ela ceite esencial de palmarosa
- En un recipiente aparte se pone la arcilla verde y se añade sobre ella la mezcla anterior. Se va removiendo y se añade un poquito de agua hasta que la pasta quede homogenea y se pueda extender con facilidad sobre la piel.
La mascarilla ya está lista para usar, hay que extenderla sobre la piel y dejarla actuar de 10 a 15 minutos. A medida que se va secando, la piel va quedando tirante pero esto es normal, se debe a la evaporación del agua de la mezcla.
Para retirarla, aclarar con agua templada, se aplica un tónico y una crema hidratante.
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